miércoles, 2 de febrero de 2011

Arte olmeca, cultura perdida

En la región que comprende la parte sur del estado de Veracruz y el oriente del estado de Tabasco en México, nació la cultura olmeca. Probablemente uno de los motivos por los que se instalaron en este lugar fue la red hidrográfica integrada por los tres ríos más caudalosos de toda Mesoamérica y en consecuencia importantes vías de comunicación que permitían el traslado de materiales de un lugar a otro.

Para los olmecas, el jaguar fue como una especie de tótem al que rindieron culto. De hecho han sido encontradas muchas representaciones a caballo entre lo animal y lo humano porque es probable que pensasen que descendían de este animal. En otros casos encontramos figuras que representan cópulas de jaguares con mujeres de las que surgirían esos niños con caracteres de los dos. Es importante señalar que aunque el jaguar aparece en un importante número de representaciones, el arte olmeca es fundamentalmente homo céntrico.

Así lo más destacable de su arte son las gigantescas cabezas olmecas, encontradas sobretodo en La Venta (ciudad significativa de esta cultura) y en San Lorenzo de Tenochtitlán (¡cómo me gustan estos nombres imposibles!). Todas poseen las mismas características: labios gruesos, nariz achatada, ojos asiáticos y casco. Estas cabezas llegan a superar los 3 metros de altura y 10 toneladas de peso; nunca tuvieron cuerpo pero sí un pedestal. No se sabe a ciencia cierta lo que representan aunque entre las hipótesis se baraja la posibilidad de que sean sacerdotes, caciques o inluso jugadores de pelota decapitados, lo que explicaría el tocado que llevan. Están labradas en piedra arenisca volcánica, llegada probablemente de las montañas de Oaxaca.
Los olmecas también fabricaron muchas piezas de pequeño tamaño con materiales preciosos, realizadas con gran precisión, entre las que se encuentran las máscaras de jade o los hachas rituales que usaban los sacerdotes para los sacrificios


Se cree que la cultura olmeca fue la primera civilización mesoamericana, por lo que es probable que esta civilización fuera la primera en el desarrollo del calendario, la escritura y la epigrafía y que sirviera de inspiración a las culturas que se formaron posteriormente en Mesoamérica.

jueves, 4 de noviembre de 2010

EL DAVID,Miguel Ángel

Es una de las obras de arte más conocidas de todos los tiempos. Se trata de la representación del Rey David en el momento previo al enfrentamiento con su enemigo, el gigante Goliat. La figura muestra una espectación que se traduce en la mirada penetrante así como en la tensión corporal claramente perceptible y reflejada en el engrandecimiento de ciertas partes del cuerpo como la cabeza o la mano derecha que es la que sujeta la piedra.
Miguel Ángel realizó esta escultura a partir de un bloque de mármol de Carrara de 14 pies (unos 4 metros y pico) con el que nada pudieron hacer otros artistas anteriormente. Encargado como símbolo de la independencia del estado por la compañía de mercaderes de lana, los cuales eran los responsables de la decoración de la catedral.
Todavía hoy y después de casi dos años de haber visto semejante maravilla en directo, no soy capaz de describir el sentimiento que me produjo, pero supongo que fue algo parecido a lo que experimentó Stendhal cuando vio la Basilica de Santa Croce en la misma ciudad que el David, Florencia. En un primer momento me provocó una especie de ataque de pánico que se tradujo en una risa floja. A medida que me iba acercando  mi embelesamiento era cada vez mayor y una vez que estuve ante él me di cuenta de porqué era considerada una de las mejores esculturas de todos los tiempos.Ahora entiendo que haya aparecido el nuevo síndrome del David de Miguel Ángel.
Simplemente perfecta, es sublime, terribilitá en puro estado.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

REALIDAD FOTOGRÁFICA

W.Eugene Smith (1918-1978) fue el máximo exponente del ensayo fotográfico, consistente en elegir un tema y a partir de ahí analizar, investigar y mostrar la opinión del fotógrafo sobre el asunto escogido. Entre sus reportajes más famosos se encuentran Country Doctor (1948) un ensayo sobre el Doctor Ernst Ceriani en el pueblo de Kremmling, Colorado. Lo que iban a ser 15 días de trabajo se convirtió en un mes, Smith incluso pedía que se le despertase por las noches si había alguna urgencia que el pudiera captar con su cámara; Spanish Village (1950) o Minimata (1972) en el que trata esta enfermedad causada por el envenenamiento de mercurio la cual, en casos extremos puede producir parálisis y la muerte. El gobierno japonés comunicó que la causa de esta enfermedad se debía a la ingestión de pescados contaminados de mercurio provocado por los vertidos de una empresa petroquímica.
Sin duda, el ensayo que más nos puede interesar es Spanish Village en el que pretendía criticar la pobreza y la precariedad en la que vivían las gentes de España. Todavía no comprendo que fue lo que llevó a este fotógrafo venido de Kansas a estudiar e investigar el pueblo cacereño de Deleitosa en plena etapa franquista. Se trata de un análisis socioeconómico de 1.575 fotografías centrado en la producción agrícola, los trabajadores, las condiciones de trabajo, analfabetismo... Este reportaje fue publicado en la revista Life, en una época en la que las revistas gráficas estaban en pleno auge. A través de estas instantáneas podemos comprobar el cambio que ha sufrido el mundo rural en España.
 Otro de su trabajos fue Nurse Midwife, que comenzó siendo un trabajo sobre comadronas y terminó centrándose en la enfermera Maude Callen que trabajaba con las clases más pobres de California. Este ensayo consiguió sensibilizar al pueblo de tal manera que acabaron reuniendo dinero para construir un hospital.
 Cuando vi su exposición sentía como el autor quería acercarnos a todos los personajes de sus fotografías, era como si experimentase con cada una de ellas ese sentimiento de empatía que me hacía ponerme en el lugar de lo que estaban viviendo los protagonistas en ese momento.

miércoles, 13 de octubre de 2010

HOPPER, UN PINTOR DE PELÍCULA

Será por cosas de familia pero gracias a mi madre me he dado cuenta con el paso del tiempo que Edward Hopper es un artista que tiene un magnetismo especial. Me gusta porque tiene una marca en todos sus cuadros que le hace único, particularidad por otra parte que suele atraer a la mayoría de los espectadores (véase la marca almodovariana). Me gusta porque es un pintor que a mi parecer seduce no por cómo pinta (tenía una técnica bastante simplona) sino por lo que pinta: su capacidad para crear una atmósfera cinematográfica, la melancolía, la soledad o la nostalgia como temas principales de su obra, la simplicidad, el realismo y el ambiente en ocasiones sombrío al que nos somete hace de él un personaje destacado en la pintura norteamericana del siglo XX. 
Surtidores de gasolina en carreteras desoladas, barras de bar solitarias, habitaciones de hotel con personajes inmóviles...sus cuadros son películas en sí mismos, influyendo en el cine tanto que muchos directores le han tomado como punto de partida para los encuadres, planos o secuencias de sus filmes. La influencia hopperiana se puede apreciar en directores de la talla de Hitchcock (Vértigo, 1958 o Psicosis, 1960) o David Lynch (Una historia verdadera, 1999).
Hopper fue consciente de que la vida americana había cambiado después de la II Guerra Mundial y esa sensación de desasosiego quedó plasmada en toda su carrera. Mostró una gran atracción por la luz teniendo entre sus pintores de cabecera a Rembrandt o Velázquez.
Este artista no será recordado por su ruptura con las normas estéticas o la innovación de su técnica sino por haber conseguido la expresión de un mundo particular y oculto.

domingo, 19 de septiembre de 2010

EL ARTE DE LO IMPOSIBLE

Maurits Cornelis Escher fue un artista bastante enigmático tanto por su personalidad como por su obra. A pesar de que desconocía las teorías matemáticas, sus composiciones están llenas de elementos geométricos y perspectivas.
 Lo considero un artista muy interesante, primero porque se dedicó al grabado en madera, tanto xilografías como litografías, una técnica que requiere mucha precisión; y segundo porque ningún artista de su época (primera mitad del siglo XX) ha plasmado en sus obras una temática tan atrayente. Sus estampas están llenas de ilusiones ópticas y representaciones oníricas.
Escher declaró que el no utilizaba drogas ya que sus sueños eran suficientemente horribles. Con esto me refiero a que es por todos sabido que muchos artistas han optado por la vía de los estupefacientes para poder realizar sus creaciones, sin embargo Escher plasmaba en sus obras lo que veía en sus sueños sin más, es decir, sin quere transmitir ningún mensaje, una lástima por cierto para aquellos críticos que se empeñan en buscar en las obras significados absurdos. Y es que era un artista que grababa por placer, sin la necesidad de agradar a un público, de hecho destruyó muchas de sus planchas al final de su carrera para evitar que se realizasen copias de los originales.
Es curioso que en muchas de sus obras parte de la teselación, es decir de una partición del plano en figuras idénticas sin que quede ningún espacio libre entre ellas ni se superpongan unas a otras como por ejemplo podemos ver en Reptiles (1943) en el cual los lagartos salen del plano bidimensional para convertirse en tridimensionales pasando por una serie de figuras geométricas.
Son obras con tal minuciosidad que dan que pensar, no por lo que pueda significar sino porque el espectador se queda absorto mirándolas e intentando descubrir por dónde empezó a realizar algunas de sus ilustraciones puesto que parecen no tener principio ni fin.
Hay que recordar que son grabados, mucho menos manejables y con más dificultad que las pinturas sobre lienzo.

viernes, 27 de agosto de 2010

TOC TOC

Reconozco que esta entrada no tiene en absoluto, nada que ver con lo que se supone que iba a ser el tema principal, pero como hoy en día se lleva "el todo vale" igual esta entrada también puede ser considerada "arte". Y es que el otro día me llamó mucho la atención un documental que vi sobre el TOC (trastorno obsesivo compulsivo) o lo que comúnmente, la gente de a pie llamaría "manías". Pero resulta que no, que no son simples rarezas, que es algo mucho más importante que eso. Se trata de un problema que afecta al 2% de la población (unos 100 millones de personas en el mundo).

Dice la Wikipedia que una persona que padece de TOC se da cuenta que tiene un problema, al igual que se da cuenta la gente que le rodea. Es obvio que los demás se van a percatar teniendo en cuenta que el hombre del reportaje por ejemplo, cada vez que salía del coche, comprobaba si estaba cerrado, daba una vuelta sobre si mismo y volvía a cerciorarse de que estaba bien cerrado; cuando estaba en su casa e iba a dar un trago al agua, tenía que golpear el vaso 16 veces contra la mesa; o cuando estaba en una cafetería acompañado de su mujer, se echaba el azúcar en el café y tenía que golpear la cucharilla contra el vaso otras 16 veces (TOC numeral). El número 16...¿por qué? Nadie lo sabía, ni el mismo podía contestar a una pregunta con la que tenía que convivir diariamente.

Este documental me hizo pensar en muchas manías que tiene la gente, y que a mi en persona me despierta curiosidad, y es que muchos se pueden sentir un poco identificados. Una chica que conocí se obligaba cada vez que iba a dormir, a adelantar la zapatilla (de estar por casa) derecha más que la izquierda o contar necesariamente el número de escalones cada vez que subía unas escaleras. Otras manías como la prohibición absoluta de pisar las líneas del suelo, o entrar con el pie derecho en algún sitio y tener que salir con el izquierdo.

La conclusión que saqué de todo esto fue contradictoria: dicen que hasta hace unos años estaba considerada una enfermedad psiquiátrica y puedo estar en parte de acuerdo. Tampoco creo que sea de camisa de fuerza y habitación acolchada pero tiene que ser espantoso vivir toda tu vida con unas obsesiónes tan llamativas como las del pobre hombre este. Pero por otra parte creo que son ganas de sacar nuevas enfermedades, que es algo que si uno mismo quiere se puede curar (ansiedad pura y dura). Y digo esto porque entre los tipos de TOC que existen hay uno llamado "acumulador" que son personas que coleccionan objetos insignificantes y de los cuales no pueden desprenderse, vamos el síndrome de Diógenes de toda la vida. No creo que una serie de medicamentos te curen algo que no es físico sino psicológico. Yo lo sigo viendo como simples manías que se van incrementando poco a poco, y que hay que saber controlar antes de que se nos vaya de las manos. Hay otras que por supuesto afectan a gente que está mal de la quijotera, pero eso es harina de otro costal.

lunes, 23 de agosto de 2010

Nieve y Cenizas

Sus fotografías dejan perplejo a todo aquel que las observa. Podrían parecer montajes, pero este gran artista canadiense está dedicando su vida a inmortalizar la tan cercana y estrecha relación que pueden llegar a tener animales y hombres.

Gregory Colbert renunció a su actividad cinematográfica para dedicarse por entero a la fotografía. Sus instantáneas nos transportan a un lugar gobernado por la tranquilidad y el silencio, por el placer y la serenidad. Un ambiente tan íntimo que hace que el espectador se evada de su mundo real.
Son diez años los que ha tardado en reunir 100 imágenes de su colección "Ashed and Snow" (Cenizas y nieve), pisando lugares tan ocultos y atractivos como el Tíbet, Namibia, Birmania o Kenia.

En esta serie, Colbert ha elegido fotografiar esos animales divinizados con un carácter simbólico y espiritual como el elefante, el guepardo, la ballena o el antílope. Junto a ellos siempre nos suele mostrar a niños budistas, africanos o monjes tibetanos en actitud de meditación e incluso en trance. Asegura que para tomar estos retratos tuvo que estar varios días tanteando la zona hasta que los animales se acostumbrasen a su presencia.

Por medio de estas imágenes quiere hacer ver al espectador su defensa contra la degradación medioambiental y hacerle consciente de la importancia del respeto hacia la naturaleza, ya que su destino y el nuestro van unidos.
Está claro que una imagen vale más que mil palabras.